El Centro de Experimentación y Seguridad Vial de MAPFRE (CESVIMAP), con presencia internacional en España, Brasil, México y más países, tiene como misión de reducir los efectos negativos de la automoción en la sociedad, proponiendo soluciones innovadoras que incrementen la seguridad de los vehículos, la eficiencia en la reparación y la reducción de los efectos medioambientales derivados. Para lograr esta meta, realizan crash tests como el crash test delantero Audi A5 que puedes ver aquí y desarrollan también crash test de motos.Estos crash tests se realizan a una velocidad reducida para no provocar un siniestro total del vehículo, sino permitir evaluar los daños del vehículo y estimar el coste de reparación óptimo.
Estas pruebas de choque, como la conocida NCAP, son imprescindibles antes de lanzar al mercado un coche o una moto y están reguladas por la legislación internacional en materia de seguridad. Además, las marcas llevan a cabo sus propios crash test de manera sistemática, para garantizar el comportamiento adecuado de sus vehículos en situaciones de riesgo. Es decir, los fabricantes optan por destrozar sus propias creaciones de forma controlada con la finalidad de conocer cómo reaccionarán ante un eventual choque. Por otra parte, estos resultados les permiten incluir en sus diseños mecanismos de seguridad adicionales, que los diferencien de sus competidores.
Los crash test se realizan en laboratorios especializados. Las pruebas consisten en reproducir ciertos tipos de accidentes graves, como los choques frontales o los vuelcos, en condiciones experimentales. Por ejemplo, se lanza una moto contra una furgoneta o un coche contra un poste a distintas velocidades. La idea es poder estudiar detalladamente el comportamiento de los materiales durante el impacto y, al mismo tiempo, con la ayuda de los maniquíes, saber más sobre cómo se producen lesiones tan comunes como el latigazo cervical. Solo así se pueden diseñar mejoras que eviten, o al menos minimicen, estos efectos. Y no solo para los conductores o los pasajeros, sino también para peatones, ciclistas o motoristas.
Gracias a los resultados de los crash test,los fabricantes pueden detectar la necesidad de incluir nuevos elementos de seguridad activa o rediseñar los existentes. Y, cuando estas mejoras se detectan en pruebas de impacto realizadas por otros organismos, como CESVIMAP, estos les comunican los hallazgos a las marcas para que lleven a cabo las oportunas rectificaciones.
¿Cómo se hace un crash test y cuál es su finalidad?
La principal finalidad de los crash test y su razón de ser es la detección de fallos de seguridad que puedan causar daños a las personas. Para ello, coches y motos se someten a pruebas de colisión muy exigentes. Como en cualquier examen, no todos los modelos salen airosos. Para que el vehículo supere el crash test, se deben cumplir ciertos requisitos, que afectan tanto a la estructura como a los maniquíes.
Por ejemplo, en el caso de los coches, las puertas no se pueden abrir durante el impacto, ya que se consideran un elemento de seguridad en sí mismas. Además, al menos una de ellas debe poder abrirse tras el accidente sin necesidad de emplear herramientas. Y, si se rompen las ventanillas, se valora positivamente que los trozos de cristales no ingresen dentro del vehículo.
También se tiene en cuenta que los asientos no se desplacen durante el choque y que no se desprendan piezas susceptibles de causar daños a los ocupantes del vehículo. Además, cuando se reproducen choques por alcance, se comprueba que el maletero no penetre en el interior del automóvil a consecuencia del golpe.
Por último, los maniquíes incluyen numerosos sensores. Los datos que proporcionan, junto a su posición tras el impacto, son de gran ayuda para determinar si los elementos de seguridad activa son los más adecuados en cada situación.
En el caso de los crash testpara motocicletas, además de la seguridad activa, se tiene en cuenta la pasiva, considerando que hay elementos como el casco, los guantes o las botas que son imprescindibles para la correcta protección del motorista. No debe perderse de vista que, cuando una moto pierde la estabilidad, el riesgo de impacto del motorista contra el asfalto o contra un objeto, móvil o fijo, es muy grande.
Por lo que se refiere al procedimiento, las pruebas se realizan bajo una intensa luminosidad que simula la luz solar, de modo que se pueda apreciar hasta el más mínimo detalle. Además, los impactos se graban a 1000 fotogramas por segundo. Esto permite reproducir cada detalle de la colisión en cámara lenta, para estudiar no solo el comportamiento de los materiales, sino también los efectos del impacto en las personas. La idea es aprender con el fin de mejorar la protección de los conductores, los motoristas y los pasajeros, tanto si son adultos como si se trata de niños.